Para Le Corbusier, la experiencia de la luz fue el momento inicial para dar el definitivo sentido personal. Comparado estas prácticas durante su juventud, examinaremos su experiencia en Le Thoronet en 1953.
El monasterio de la Orden Cisterciense Le Thoronet, fue construido en el siglo XII, tal como está escrito en Les pierres sauvages de Fernand Pouillon. Es una construcción realizada por los monjes ascéticos, –extrajeron la piedra de la cantera y la pulieron–, que cristaliza la piedra y la luz.
Esta obra simpatiza con la idea de St. Bernards de purificar la arquitectura despojándola de todo el ornamento y permitiendo que sólo luz afecte a los espacios. El esquema arquitectónico de La Tourette también nació de esta práctica.
Le Corbusier visionó un nuevo mundo arquitectónico proyectándose a sí mismo en el lugar de los monjes y volviendo a las raíces de arquitectura. En medio de la era Moderna, estaba confirmando su propios principios fundamentales.