Las pinturas de De Kooning siempre se mantienen fieles al mundo real. En él abundan la materia subjetiva y las referencias naturales; buscarlo en su pintura es una buena forma de entrar en su mundo.

Uno de los encantos de la pintura de De Kooning es su capacidad para abordar la combinación entre lo accesible, la figura o el paisaje, elementos que expresa con una extraordinaria habilidad.

Mujer I

De Kooning comienza su obra más famosa “Mujer I”, en junio de 1950. Fascinado por los modernos atuendos de la mujer americana, presenta a la mujer en su aspecto más femenino, un fetiche con altos zapatos de tacón y largas uñas rojas.

La mujer de príncipios de los años 50 tiene mucho que ofrecer al espectador contemporáneo: la desnudez, el pret-à-porter, y la imaginería popular.

De Kooning fue a menudo cuestionado sobre sus verdaderos sentimientos hacia las mujeres debido al retrato aparentemente violento que siempre hizo de ellas, descubriendo sus raíces puede entreverse cierto carácter misógeno en su personalidad.