Antonio Saura (1930-1998) es uno de los principales representantes del expresionismo abstracto español. Nacido en Huesca, comienza a pintar en 1947 de forma autodidacta debido a una larga enfermedad que padece durante su juventud.
Entre 1948 y 1950 realiza las series tituladas “Constelaciones” y “Rayogramas”, época en la que reside entre Cuenca y Madrid, y en la que colabora con grupos de vanguardia como Tendencias 2 y Arte Fantástico.
En 1952 se traslada a París, donde permanece hasta 1955. En la capital francesa entra en contacto con las vanguardias de la época y su obra evoluciona desde un inicial surrealismo hacia una pintura de trazos enérgicos y paleta reducida de carácter informalista.
En 1957 funda en Madrid “El Paso” junto con otros artistas españoles entre los que estaban Canogar, Feito y Millares, un grupo que utilizaba un nuevo lenguaje cercano a la estética del informalismo.
Esta primera etapa de Antonio Saura se caracteriza por una gama reducida de colores (el blanco y el negro), que se resume en obras como “Crucifixión” (1963, Museo Boymans, Rotterdam). Durante este periodo realiza toda la serie conocida como “Serie castellana”.
En 1960 entra a formar parte del grupo Estampa Popular y a partir de la década de 1980 decide añadir el color rojo a su paleta, que le sirve para representar figuras (muchas veces simbólicas), como los retratos que realiza con trazos muy distorsionados, casi irreconocibles, de Cristo o de personajes femeninos. Así es como rechaza la visión tradicional y abre un nuevo camino a la expresión abstracta.
A lo largo de su carrera compagina su labor como pintor con la de ilustrador y teórico. Dentro de este último campo publicó textos de ensayo, como “Espacio y gesto” (1959), además de numerosos artículos.
Ya en su última etapa, Antonio Saura rechaza el formato pequeño para crear composiciones de grandes dimensiones en las que introduce también el color, como “Transformaciones” o “Superposiciones”.
Su trayectoria profesional ha sido reconocida en varias ocasiones, siendo galardonado con el Premio Guggenheim en 1960 y con la Medalla de Oro de Bellas Artes del Ministerio de Cultura español en 1982.