Vida Zen

Estilo Zen.

El glamour de una casa zen se configura a través de la mezcla de elementos, sugerencias y referencias que la hacen elegante y funcional. Se conjugan muebles y objetos más por instinto y pasión, que por lógica y moda.

Ibermaison surge con esta línea de pensamiento en la que el equilibrio entre las formas clásicas, modernas y étnicas se traduce en una manera de amueblar personal, espontánea y cosmopolita. Ésa es nuestra manera de interpretar y vivir la casa.

Líneas simples y austeras.

La nueva referencia valora la casa moderna, una casa más que nunca cerca de quienes viven en ella compartiendo sentimientos; una casa que casi se convierte en una extensión de sus cuerpos.

El Zen interpreta un estilo que atrae a los sentidos, basado en una consolidada experiencia y en el conocimiento profundo, para luego empaparse de la modernidad.

Un toque sensual, formas, colores, texturas, estructuras de un solo cuerpo y líneas extra puras envuelven la casa entera y unen las miradas para definir un estilo.

Cada material es una joya porque es puro y porque sus rasgos están totalmente valorizados.

Es un mundo orientado a los cuatro puntos cardinales: Blanco, Natural, Castaño y Gris. Cuatro acentos, cuatro paletas del color, reflejando diferentes sentimientos, combinando colores por contraste o afinidad. Tonos que suavizan o resaltan los modelos creados bajo la luz.

Formas mínimas, libradas de toda decoración, propuestas de zen que reflejan el deseo de vivir la casa en completa libertad, de convertirla en una zona de auténtico placer, modelada en base a la personalidad de uno mismo.

Existen dos formas de lograr la alegría y la felicidad: una reforzando la belleza sensual de nuestro alrededor y la otra suprimiendo todo lo que la ensombrece.

Uniendo los elementos por su esencia conseguimos la claridad. La complejidad puede crear una impresión dramática, pero la simplicidad nos permite enfocar y apreciar con una sensibilidad profunda y conmovedora. El estímulo viene de nuestro entorno y la tranquilidad proviene del interior de uno mismo.

Nos gusta vivir con menos objetos. El Zen cree que cada objeto tiene una alma, y que todos poseemos sensibilidad para reconocer ese alma. Rodeándose de muchos objetos es como estar en una estación de tren a la hora punta, algunas veces es más agradable estar solo. Evitando el ruido que nos rodea podemos reconocer la belleza.

Un lugar se convierte en hogar cuando se vuelve sincero y es ahí donde se encuentran la verdad y la libertad.

¿Has pensado en dar un estilo zen a tu espacio? Consúltanos, podemos ayudarte.

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